lunes, 18 de febrero de 2008

Los reiterados vuelos del Espíritu

Desde que Jesús de Nazaret pasó por esta Tierra jamás se ha experimentado la añoranza de un camino cristiano-originario hacia el Reino del interior, a pesar de que la Iglesia pronto erigió un reino de lo externo, imponiendo su sistema a los hombres en todo el mundo. De forma aislada, dentro de la institución católica romana y sobre todo fuera de ella, han surgido una y otra vez grandes personajes, místicos y profetas o incluso movimientos enteros, que querían romper con el sistema impositivo de ejercicio del poder terrenal y eclesiástico, de dogmas rígidos y de una jerarquía representativa, para regresar a la corriente cristiano-originaria del Nazareno. Una y otra vez fueron aniquilados por la Iglesia católica romana, más tarde también por el aparato de poder luterano –por lo general con la ayuda del Estado y con iguales métodos marginadores-. En el pasado, ser acusado de herejía costaba en muchos casos la vida, hoy amenaza la subsistencia en la sociedad...
Continúa...
Un nuevo profeta
1era parte
En esta situación no ha de sorprender que Dios hable nuevamente a la humanidad a través de boca profética, anunciando definitivamente el cambio que está a las puertas. En la manifestación de Cristo “Ésta es Mi Palabra – Alfa y Omega. El evangelio de Jesús. La manifestación de Cristo que los verdaderos cristianos han llegado ha conocer en todo el mundo” (3° edición en español página 677) está escrito:

«Ahora es inminente lo que a través de los profetas fue anunciado por el Eterno a los hombres en todos los tiempos –aunque las advertencias e indicaciones del Eterno, dadas a través de los profetas, fueron desoídas por la mayoría de los hombres-. Este gran cambio de era ha comenzado»


¿Cómo se llegó a esto? Un profeta no cae del cielo, decidiendo un buen día presentarse como portavoz de Dios. Tampoco estudia escritos filosóficos, esotéricos o teológicos, para acumular conocimientos que luego intenta transmitir a otras personas, ni tampoco se dejará inspirar en algo por asistentes humanos, para desarrollar una “idea religiosa” con conocimientos ajenos a él. Todo esto lo incapacitaría desde un principio como instrumento de Dios: tanto la orientación hacia conocimientos humanos como una decisión proveniente de su voluntad personal, de “convertirse en profeta”.

La comunicación directa del alma humana con el destello espiritual que habita en ella, que llega a ser la palabra interna, no puede forzarse, sino que presupone la humilde disposición de un hombre que se ha purificado. Y Cuando la palabra interna ha de convertirse en palabra profética, ha de añadirse a esto un llamamiento divino.

Las “experiencias de llamamiento” de los profetas y místicos son diversas, según su situación de vida y su mentalidad: Isaías tuvo una visión de la imponente majestad de Dios, ante la imagen de un rey sentado sobre un sublime trono, al cual los serafines aclamaban: “Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la Tierra está llena de Su gloria” (Is. 6, 3). Al profeta Amós se lo llevaron de su rebaño de vacas y experimentó la llamada de Dios como una espantosa intervención. “Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si habla Jehová, el Señor, ¿quién no profetizará?” (Am. 3, 8) Jeremías experimenta el llamamiento en sus años jóvenes y se defiende con la objeción de que aún es demasiado joven y no puede hablar en público, pero a la vista de su misión divina su objeción queda desbaratada. Nada diferente les sucede a las personas proféticas en la Edad Media y en la Edad Moderna. Hildegarda de Bingen es avasallada por sus visiones, se niega a expresarlas en palabras y es golpeada por la enfermedad hasta que sigue su misión; y el músico Jacob Lorber estaba justamente a punto de ocupar el puesto de director de orquesta largo tiempo deseado, cuando en el año 1840 escuchó esta orden interna: “Toma tu pluma y escribe”. Él se convirtió para los restantes 24 años de su vida en “siervo escribano de Dios”, como él se veía a sí mismo.
Continúa...
Un nuevo profeta
2da parte

La irrupción de lo divino en el alma humana y en la vida del que es llamado como profeta o místico, se produce de forma excesivamente fuerte y no deja opción alguna a quien Dios ha escogido. El Todopoderoso lo toma “a Su servicio” y por regla general es “preparado” para su misión a través de sufrimientos. Se cortan los deseos y ataduras humanos, para que el recipiente ofrezca lugar para el desarrollo del Espíritu de Dios.

Para observador del destino del profeta, esto se dice sin duda fácilmente. Para el profeta mismo su destino está unido a luchas internas llenas de dolor, a soledad y siempre también a graves conflictos externos, pues el mundo no lo acepta en vida poco menos que nunca. El clamor de Esteban resuena hasta el día de hoy: “¿A cuál de los profetas no persiguieron vuestros padres?” (Hch. 7, 52)

Todo esto lo ha experimentado y lo experimenta Gabriele de Würzburg. Ella tenia una vida completamente normal en este mundo, cuando hace más de dos decenios (actualmente, 2008, ya más de 32 años) la muerte de una persona amada desencadenó lo que ya se hallaba en su alma, sin que ella como ser humano intuyera. Ella se preguntó acerca de Dios y recibió primero en la oración la certeza de que Él vive. Y cuanto más fervientemente rezaba, tanto más cerca se sentía de Él. Ella sentía que en su interior se volvía permeable para la realidad más allá de la materia, hasta que un día le ocurrió algo que parece increíble, pero que no sucedía por primera vez en el diálogo ya milenario entre Dios y el hombre, entre el mundo espiritual y el mundo terrenal: en la consciencia de quien oraba humildemente, se abrió una brecha a través del cual –primero sólo por un breve tiempo- se le hizo posible la comunicación directa con el mundo espiritual. Tomó la palabra un ser espiritual que se presentó como maestro espiritual y le explicó lo que sucedía en ella y a su alrededor en el mundo espiritual. Ella se asustó y fue al principio escéptica, pero la comunicación con el hermano espiritual se intensificó y él la preparó paulatinamente para encontrarse con otro: Cristo.

Toda descripción de este acontecimiento a través de un tercero ha de causar impresión banal. Por eso se cita aquí únicamente lo que la propia Gabriele dijo al respecto:

Después del 6 de enero de 1975 el Espíritu Santo se abrió paso diariamente. Cada día escuchaba la voz interna, que siempre era amorosa y afectuosa conmigo. Después del cuarto o quinto día habló Jesucristo, con palabras como las siguientes: Yo soy, Jesucristo, el Redentor del mundo. Me asusté y quise suprimir la corriente interna, y acto seguido llegaron estas amorosas palabras: No temas. Te he acompañado durante toda tu vida terrenal. Y tú siempre has estado bajo Mi amparo, pues partiste para acoger Mi palabra y darla al mundo.

Gabriele fue captando tan sólo poco a poco lo que esto significaba. Siguieron meses de instrucción espiritual dada por Cristo y el hermano Emanuel (el Querubín de la Sabiduría Divina, uno de los siete ángeles de la Ley del Señor), a los cuales podía escuchar a través de la palabra interna. Se iniciaron luchas internas muy duras, en las que el alma de quien se estaba convirtiendo en profeta se purificaba, en las que su ser humano se rebelaba contra la carga de la enorme misión y peleaba con Dios: ¿por qué precisamente yo?, ¿cómo voy a conseguirlo?, yo soy sólo un grano de arena... también sobre esto refirió posteriormente:

Me hallaba entre la luz y las tinieblas, fue un proceso desgarrador. Desde un lado se me mostraban las cosas bellas de este mundo y lo que mi marido y yo habíamos ahorrado y construido con muchos esfuerzos. El otro lado me mostraba cuántas privaciones y renuncias tendría que asumir en muchos ámbitos de la vida, si seguía este camino divino, y que tendría que dejar todo aquello que a mí me resultaba aún humano y bonito. Ya no podría ver a mi familia como algo de mi pertenencia, sino que tendría que presentarme ante mi marido y mi hija como ante un hermano y una hermana. Tendría que realizar lo que Jesucristo ya había enseñado: En el Cielo no hay cabida para deseos y anhelos.
Continúa...
Un nuevo profeta
3ra parte


Ella describe cómo luchó en la oración durante meses, para recibir sólo la verdad y ninguna imagen engañosa. Para evitar esto, el mundo espiritual también le prohibió la lectura de libros espirituales. Gabriele recuerda lo siguiente:

En esto el Espíritu era inflexible. No se me permitía leer nada. Bastaba que cogiera una vez un libro..., y ya se producía en mí una revolución... No se me permitía leer ningún libro espiritual. Y entonces surgía naturalmente la pregunta: ¿por qué?: Para que no puedan tomarse datos que hayan sido grabados previamente; necesitamos un canal totalmente limpio y claro; no ha de haber nada grabado en las células cerebrales, que signifique conocimientos espirituales. Así que llegué a las manifestaciones sin conocimientos previos... Sin embargo, esto se produjo después de una formación intensiva de tres años de duración... el cerebro necesita únicamente los impulsos provenientes de la ley eterna, para poder expresarlos en palabras. Y para ello me instruyó intensivamente el hermano Emanuel (el Querubín de la Sabiduría Divina, uno de los siete ángeles de la Ley del Señor) durante tres años. Entonces, cuanto más me había orientado hacia lo divino, llegaron con tanta más frecuencia los impulsos de Cristo a través de mí. Y durante tres años rechacé la palabra “profeta”, no sé cómo decíroslo, la rechazaba: yo Lo amaba a Él, Dios, nuestro Padre, yo amaba a Cristo...; pero ser profeta, eso era para mí algo imposible... El proceso de instrucción fue duro, muy duro. El mundo espiritual revolvió por completo el ser humano.
Ella describe cómo literalmente se la obligó, cómo luchaba con las dudas sobre su misión y como fue consolada una y otra vez por Cristo: ¿Qué quieres pues? Yo te he llamado. Tú no querías nada. Te he educado de forma que seas totalmente libre e independiente de cualquier religión externa y de otras personas. Lo que aún hay de ti de humano, lo dejarás de lado por amor a Mí y al prójimo. Todo esto tendrá lugar de forma legítima. Déjate conducir, pues Yo Soy quien te guía.
Ella se dejó conducir, y después de algunos meses, en el círculo de amistades personales, ya asistieron entre cinco y diez personas a las primeras manifestaciones. El Espíritu de Dios habló al pequeño grupo sobre las grandes interrelaciones de la Creación, de las cuales ni Gabriele ni los oyentes habían tenido hasta entonces la menor idea. Más tarde ella contó lo siguiente: El Señor habló sobre el trono de Dios-Padre, sobre los planetas y su significado para la Tierra... A comienzos de 1977 recibió por primera vez en público la palabra interna, en Nuremberg ante 20 oyentes. Después de unas cuantas semanas, también en Würzburg. En otoño del mismo año en Munich, donde ya se reunieron 80 personas. El círculo se hizo poco a poco más grande, y siguieron reuniones en otras ciudades de Baviera.

Las manifestaciones fueron grabadas en casetes y puestas gratuitamente a disposición de los oyentes y de otras personas interesadas, en textos mecanografiados. Quien tenga un poco de sensibilidad por las grandes preguntas de la humanidad que han ocupado los filósofos y videntes religiosos desde hace milenios, reconocerá enseguida qué perlas fueron transmitidas entonces desde el mundo espiritual a unas pocas personas que se habían liberado de las anteojeras de lo convencional eclesiástico y civil, permitiendo que Dios les hablase en esta forma. Él lo hizo como siempre que ha hablado a través de místicos y profetas. No en edificios suntuosos ni tampoco ante el “establishment” de este mundo, sino ante personas sencillas, en su mayoría de mediana edad, que estaban dispuestas a escuchar libres de prejuicios. Y además lo hizo a través de una mujer que convencía por la modestia de su modo de comportase y la claridad de su mensaje.

(Extracto del libro «La campaña de guerra de la serpiente y la Obra de la paloma – La profecía de Dios del cambio de era»)
...........................
Estimado amigo lector, estimada amiga lectora, ¿deseas saber un poco más sobre Gabriele de Würzburg y de su gran misión en la Tierra como profetisa y mensajera de Dios del tiempo actual? Si es así, puedes conocerla un poco más presionando el ícono (entrar) que aparece debajo:
Mensajes del mundo espiritual dados a través de Gabriele de Würzburg: